Debilita la fuerza de voluntad, la confianza en s?ismo, y perturba el desarrollo de la personalidad
El vicio solitario (masturbaci?consiste en abusar del propio cuerpo excitando los ?nos genitales para procurarse voluntariamente el placer hasta el orgasmo. A veces, se comienza por mera curiosidad; pero si no se corrige esta inclinaci?e convierte en un vicio obsesivo que esclaviza a la persona y le desinteresa por todo lo dem? como le pasa al drogadicto.
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Antes de nada, os aviso: Es LARGO el articulo, miradlo solo por encima sino os rallareis xD
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Ante todo, quedaros con la parte de 'solo podemos orgasmear si nos casamos' xD
Dice Andr??ard, Profesor de la Universidad de Lovaina: «Por su misma naturaleza, la masturbaci?ontradice el sentido cristiano de la sexualidad, vivida como alianza de amor. (…) El ejercicio de la facultad sexual queda privado de toda referencia afectiva con una pareja, en la medida en que el sujeto se repliega sobre s?ismo, en el disfrute de s?ismo. (…) La masturbaci?privada del amor, deja a menudo insatisfecho a quien se entrega a ella. Conduce al vac?y al disgusto». Debes tener el coraje de pensar, y tambi?decir, que la masturbaci?s un mal. Escuchar?con frecuencia argumentos que intentan defender que se trata de un comportamiento inofensivo, tan anodino como el beber, comer o transpirar. Es preciso desmontar esas razones. (…) «No es ciertamente el pecado m?grave que puedas cometer. Pero eso no impide que te hagas su esclavo, que te habitues a una sexualidad ego?a, y que asfixie en ti la vida espiritual». La masturbaci?uede llegar a ser algo obsesivo en la persona. Hace del placer sexual algo ego?a, cuando Dios lo ha hecho para ser compartido dentro del matrimonio. Conozco casos de matrimonios fracasados porque uno de los dos, esclavizado por la masturbaci?se negaba a las naturales expresiones de amor dentro del matrimonio. Quien se deja esclavizar del vicio de la masturbaci?uede arruinar la armon?sexual de su matrimonio. Una mujer joven se quejaba en la consulta de un m?co de que su marido ten?con ella muy pocas relaciones sexuales. ? reconoci?elante de ella, que prefer?masturbarse. Quien tiene la desgracia de verse esclavizado de esta mala costumbre debe poner el mayor esfuerzo en corregirse cuanto antes. Este vicio encadena fuertemente, cada vez es m?dif?l desligarse de ? y cuando tiene esclavizada a una persona, la envilece, la embrutece, anula su voluntad, destroza su car?er, perturba el desarrollo de su personalidad, debilita la fe, produce desequilibrio nervioso, hace ego?as e incapacita para amar a otra persona. «No se puede abusar del organismo. La naturaleza pasa despu?la factura. El cuerpo humano tiene sus l?tes. No se pueden gastar las energ? destinadas al desarrollo integral de la persona humana». Incluso para Freud «el masturbador incurre en riesgo de bloquear el desarrollo y maduraci?e su psicoafectividad». «La pr?ica habitual de la masturbaci?onduce a graves desequilibrios nerviosos». Todos los m?cos est?de acuerdo que cuando la masturbaci?s frecuente, conduce a la neurastenia. Y cuando la masturbaci?s un vicio esclaviza como todos los vicios. «La masturbaci?s, con frecuencia, expresi?e egocentrismo, (…) indicio de un desarollo retardado o detenido de la personalidad». «Cuando la masturbaci?e convierte en h?to, debe ser calificada como falta de madurez. (…) Cuando la masturbaci?resenta s?omas de psicosis y neurosis, debe buscarse la ayuda de un profesional que la someta a un tratamiento adecuado.(…) Las fuentes que dan p?lo a la fantas?-lecturas, televisi?cine- han de considerarse como la base de muchas acciones que no deber? haber tenido lugar, si no hubiesen sido estimuladas». Hay man?os sexuales «que buscan el placer una y otra vez por s?ismo, y caen, como los drogadictos, en el c?ulo de una insaciable repetici?con el fin de superar en cada nuevo intento, las incesantes frustraciones. «La masturbaci?echa costumbre da por lo general seres ps?icamente replegados sobre s?ismos, especialmente incapaces de elevarse a un aut?ico amor sexual». El vicio de la masturbaci?s causa de muchos fracasos en los estudios y en el deporte. Esto lo saben muy bien los estudiantes y los deportistas. «Cuando un ser humano se habit? satisfacer un instinto en una forma determinada, puede llegar a perder, a trav?de un mecanismo psicol?o, el deseo o la atracci?or todas las dem?formas. El h?to de saciar el hambre sexual de una forma anormal y viciosa, puede llegar a provocar la repelencia por el acto natural, con lo cual el masturbador entra de lleno en el campo de la incapacidad sexual psicol?a». El vicio de la masturbaci?leva a la eyaculaci?recoz en el matrimonio, que impide acomodarse al ritmo de la mujer que es m?lenta, y es causa de graves problemas en la armon?sexual matrimonial. Los m?cos americanos que hab? tratado a muchachas que se masturbaban, descubrieron que despu?de casarse resultaban esposas fr?das. «No es inteligente considerar la masturbaci?omo algo natural, pues causa una serie de trastornos en el adolescente. No s?en el campo religioso, sino en el afectivo, psicol?o, intelectual, etc., donde se hacen sentir sus malos efectos. (…). El que en plena adolescencia el joven sienta fuertemente el impulso sexual, tiene un profundo valor educativo. (…). M?tarde en su vida conyugal, muchas veces tendr?ue dominar sus inclinaciones». Estas partes del cuerpo deben respetarse con delicadeza, y s?tocarlas por necesidad, limpieza, higiene, etc. Pero nunca tocar estos ?nos s?por gusto. Con eso no se juega. ?te es un pecado degradante, repugnante, inconcebible en una persona delicada. Sin embargo, si despu?te da verg?a confesarlo, entonces la desgracia es doble e irreparable. Si tuviste la desgracia de la ca?, no permitas la de la verg?a de confesarlo. Acude a un sacerdote y ?ele tu conciencia para que te perdone y te ayude a salir de tan triste estado. Ten confianza. Tienes remedio. Muchos empezaron esta mala costumbre sin conocer su importancia. Bien porque lo descubrieron de un modo casual, bien porque fueron ense?s por otra persona que intencionadamente quit?portancia al asunto. Pero la masturbaci?s un vicio que puede esclavizar fuertemente y transformar el car?er de la persona, y hasta su ideolog?religiosa. La masturbaci?uede llevar a perder la fe. Muchas incredulidades han empezado en la masturbaci? El joven siente inclinaci? masturbarse, oye que la Iglesia lo proh?, y siente la tentaci?e dejar la Iglesia que le proh? lo que le gusta hacer, y quiz?le cuesta trabajo evitar. «Pero, por otro lado, no podemos olvidar que la masturbaci?o contribuye a la superaci?el problema sexual o de la tensi?e un momento dado. Conduce, por s?isma, a la larga, a una erotizaci?ayor y a una obsesi?reciente, de modo que a la larga el problema no se soluciona. El sexo, no lo olvidemos, (Chauchard no se cansa de repetirlo) est?obre todo en la cabeza. Tiene una capacidad obsesionante tal, que la soluci?el problema s?se logra cuando el hombre consigue entregar su pensamiento a tareas que le ilusionen. La soluci?l problema del sexo, y a una obsesi?xcesiva, s?se encuentra de modo indirecto, cuando el hombre consigue centrar su pensamiento en algo que le ilusiona. He sido testigo de c?muchachos que se han entregado con ilusi? una ocupaci?eportiva, incluso en presencia de chicas, o a otro tipo de ocupaci?no ten? problema alguno sexual; mientras ?e surg?siempre que se dejaban llevar por el ocio». Es f?l que quienes han contra? el h?to de la masturbaci?xperimenten un fuerte sentimiento de culpabilidad capaz de destruir todo est?lo de vida y de producir un permanente complejo de inferioridad. El ?o tratamiento pastoralmente eficaz es el de procurar abrir horizontes hacia expresiones plenas de la afectividad y hacia tareas culturales, profesionales, sociales y religiosas, que den sentido a sus vidas. La gravedad de cada acto masturbatorio no siempre es f?l determinarla pues depende de muchas circunstancias y pueden darse atenuantes de la responsabilidad. Sin embargo se debe poner un serio empe?n evitarlo por el peligro de caer en la esclavitud del h?to. «Los trastornos afectivos y algunas situaciones neur?as provocan frecuentemente manifestaciones de autoerotismo, que alcanza, a veces, un car?er convulsivo claramente psicop?co…Est?omprobado que la masturbaci?jerce siempre una mala influencia, sobre todo en la psicolog?juvenil. Debilita la fuerza de voluntad, la confianza en s?ismo, y perturba el desarrollo de la personalidad. Crea melanc?os e introvertidos y, en el fondo, ego?as. La masturbaci?s una satisfacci?exual ego?a, que marca a la persona y la incapacita para el verdadero amor». La masturbaci?s, muchas veces, un recurso barato y triste; una compensaci?un consuelillo de segunda clase por alg?tro ?to de cualquier otro tipo que no hemos sido capaces de conseguir. Con todo, no todos los actos masturbatorios son de la misma gravedad. Cuando un joven tiene inter?en corregirse y pone los medios que tiene a su alcance aunque tenga ca?s, ?as pueden tener atenuantes a su culpabilidad. Siempre se puede acudir a Dios pidi?ole ayuda, pues ? nunca abandona a los que acuden a ?, pidi?ole ayuda para algo bueno y conveniente. Y como dice San Pablo: Todo lo puedo en Aquel que me conforta. En la adolescencia, la masturbaci?uede aparecer como algo pasajero. Como eso de los granos. Pero si es repetitivo, puede degenerar en h?to; y esto es grave. Lo l?o es que deje un sentimiento de culpa. Sin duda es mejor dominarse que dejarse vencer. Dominarse es se?de adultez. La victoria es se?de madurez. La ca? es se?de debilidad; por eso deja sentimiento de culpa. «En la edad madura, la masturbaci?uede ser s?oma de algo m?serio, sobre todo si es persistente. Puede indicar un estado de adolescencia mental, o alguna otra deficiencia ps?ica. Se encuentra, desde luego, en muchos tipos de demencia senil y en el alcoholismo. En general puede aparecer en todos los estados mentales, en los que se d?na descohesi?e la personalidad que tenga por consecuencia una p?ida de control de los instintos m?primitivos». Dice el c?bre moralista H?ng: «No se puede decir que la pasi?estruye la imputabilidad moral de los pecados contra el sexto mandamiento, pues si as?uera s?un pecado diab?o ser?mortal». A veces las ca?s en la masturbaci?o son por una intenci?ujuriosa. Son consecuencia de una depresi?una angustia, una ansiedad que no permite conciliar el sue?etc. Casos as?ueden remediarse con alg?edante inofensivo RECOMENDADO POR UN M?ICO. En una conferencia que le o?n 1976 al Dr. D. Jos?ª Poveda Ari?Jefe del Departamento de Psiquiatr?de la Universidad Aut?a de Madrid, titulada Ciencia y Doctrina Moral Sexual, dijo que la masturbaci?s un fen?o evitable por cualquier persona normal. Y en los casos en que esta superaci?arezca dif?l es perfectamente asequible con los productos que un m?co puede recomendarle. En enero de 1976 el Vaticano public? documento sobre Moral Sexual donde dice: «El uso deliberado de la facultad sexual, fuera de las relaciones conyugales normales, contradice esencialmente la finalidad de esta facultad» (nº5). Tambi?dice este documento que «la masturbaci?s un acto intr?eca y gravemente desordenado» (nº9). Esto significa que el acto, «en s?ismo», es siempre materia de pecado grave («objetivamente malo»). Para determinar si el acto de una persona concreta es pecado grave tambi?habr?ue considerar si se cumplen las otras condiciones del pecado grave: que tenga uso suficiente de raz?omo para saber lo que est?aciendo y la malicia del acto, y que consienta plenamente al mismo. En 1983 el Vaticano ha publicado otro documento sobre la educaci?exual (Orientaciones educativas sobre el amor humano)donde dice: «La masturbaci?s un grave desorden moral». Y aunque s?Dios conoce la responsabilidad moral subjetiva de cada acto, «de ning?odo se puede sostener que en el campo sexual no se cometen pecados mortales». Pero no has de considerar pecado todos los tocamientos en tus ?nos genitales. Pueden ser pecado los tactos encaminados a excitar el placer sexual; pero otros actos que se hacen por necesidad o por higiene, no son pecado alguno. Y en las conmociones org?cas que sientas involuntariamente, reprime el consentimiento, y en paz. No has pecado contra la pureza. Aprende a distinguir entre el sentir y el consentir. Puede ser que a veces sientas movimientos contra tu voluntad en tus ?nos genitales. Acost?ate a prescindir de esas sensaciones. El pecado no est?n el sentir, sino en el consentir. En el noveno mandamiento te expongo el modo de luchar contra estas tentaciones molestas. Pero si tuvieras la desgracia de haberte complacido voluntariamente en ese placer sexual, entonces manchaste tu pureza. El orgasmo, que es la sacudida que experimenta el cuerpo con la satisfacci?el placer sexual, es derecho exclusivo de casados. Una persona soltera no puede ni procur?elo voluntariamente ni aceptarlo si lo experimenta involuntariamente. A veces el orgasmo se produce imprevistamente. En ese caso tampoco es l?to saborearlo voluntariamente, aunque no se pueda evitar la sensaci?lacentera. Pero cuando ocurre durmiendo no es pecado alguno. El placer ven?o completo, el orgasmo, buscado directamente, s?est?ermitido dentro del matrimonio, dentro del acto conyugal.
joder, asi anda que conseguiran muchos seguidores xDD
Salu2!!