«Servicios Sociales» sin ?mo de lucro

Increible, mientras leo con estupor que Pilar Bardem y la Entidad que preside quiere sacarles los cuartos a los enfermos de las Cl?cas, veo por otra parte que hace muchos a?hubo quienes entreten? a los enfermos sin ?mo de lucro…
Leer M?..Por una parte podemos leer a la Bardem 

Puede que a los 30.000 enfermos de cl?cas privadas les extraigan la sangre…lo que les extraer?seguro es el dinero. La Aisge, la SGAE de los actores, quiere cobrarles un canon por la tele que consumen. Y eso que la entidad presidida por Pilar Bardem es un negocio floreciente, gracias a sus buenas relaciones con el Gobierno. Eso s?sin ?mo de lucro.

Y consolarnos con la caridad cristiana 
En diciembre de 1840, se autorizaba la creaci?merced a una especial?ma dispensa del Obispo de Andaluc? del Cuerpo de Pajilleras del Hospicio de San Juan de Dios, de M?ga.

Las pajilleras de caridad (como se las empez?denominar en toda la pen?ula) eran mujeres que, sin importar su aspecto f?co o edad, prestaban consuelo con maniobras de masturbaci? los numerosos soldados heridos en las batallas de la reciente guerra carlista espa?.

La autora de tan peculiar idea, hab?sido la Hermana Sor Ethel Sifuentes, una religiosa de cuarenta y cinco a?que cumpl?funciones de enfermera en el ya mencionado Hospicio. Sor Ethel hab?notado el mal talante, la ansiedad y la atm?ra saturada de testosterona en el pabell?e heridos del hospital. Decidi?tonces poner manos a la obra y comenz?nto a algunas hermanas a «pajillear» a los robustos y viriles soldados sin hacer distingos de grado. Desde entonces, tanto a soldados como a oficiales, les tocaba su «pajilla» diaria. Los resultados fueron inmediatos.

El clima emocional cambi?dicalmente en el pabell? los temperamentales hombres de armas volvieron a departir cort?ente entre s?a?uando en muchos casos, hubiesen militado en bandos opuestos.

Al n?o fundacional de hermanitas pajilleras, se sumaron voluntarias seculares, atra?s por el deseo de prestar tan abnegado servicio. A estas voluntarias, se les impuso (a fin de resguardar el pudor y las buenas costumbres) el uso estricto de un uniforme: una holgada hopalanda que ocultaba las formas femeniles y un velo de lino que embozaba el rostro.

El ?to rotundo, se tradujo en la proliferaci?e diversos cuerpos de pajilleras por todo el territorio nacional, agrupadas bajo distintas asociaciones y modalidades. Surgieron de esta suerte, el Cuerpo de Palilleras de La Reina, Las Pajilleras del Socorro de Huelva, Las Esclavas de la Pajilla del Coraz?e Mar?y ya entrado el siglo XX, las Pajilleras de la Pasionaria que tanto auxilio habr? de brindarle a las tropas de la Rep?ca.

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