Siempre me he preguntado porqué el día del trabajo, es festivo. ¿Una fiesta de qué? En España, con 6 millones de parados y por muchas EPAs (que no son más que encuestas) que me vendan, lo cierto es que trabajo, lo que se dice trabajo, poco. Poco y mal remunerado.
No hay que irse muy lejos en el tiempo para rememorarlo. Allá por la década de los 80s se hablaba en el norte de la península sobre la «reconversión», un paso ineludible, porque hay que avanzar, pero que significaba, a priori, una enorme tragedia. Miles de obreros a la calle porque «las máquinas sustiturían el trabajo del hombre». Entonces era un mocoso que sólo pensaba en dos cosas: jugar y… seguir jugando. Así que a ésto no le presté atención hasta que me hice un poco más mayor.
Hoy, con algo más de cuatro décadas a la espalda, observo el panorama estupefacto. Quiénes se erigieron en luchadores de la causa laboral se aprovecharon de la ignorancia servida en bandejas de buena voluntad y arengaron a la lucha por los puestos de trabajo…¿para qué? Estaba perdido desde el primer momento, ya se tenía claro que quién no estuviese cualificado, a la calle. Y quién lo estuviese, untada de vaselina en el culete… y adentro, éso si, con ciertos recortes salariales…
Recuerdo a personas que me tocan directamente enfrentándose a las fuerzas de seguridad porque querían un mejor futuro para sus hijos… y uno de ellos hoy, está en éstos cuerpos. Me pregunto al ver las imágenes de policías golpeando a manifestantes, si mi no tan querido familiar estaría dispuesto a golpear a su padre, o que sus compañeros le dejasen baldado por defender su derecho a trabajar. Y por otra parte, me llama tremendamente la atención el hecho del absoluto vapuleo a la Constitución Española, tan mentada con la reciente e irreparable pérdida de D. Adolfo Suárez, en lo que al artículo 104 se refiere:
Artículo 104
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Las Fuerzas y Cuerpos de seguridad, bajo la dependencia del Gobierno, tendrán como misión proteger el libre ejercicio de los derechos y libertades y garantizar la seguridad ciudadana.
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Una ley orgánica determinará las funciones, principios básicos de actuación y estatutos de las Fuerzas y Cuerpos de seguridad.
Dicha Ley Orgánica 2186 de 13 de marzo de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, en su preámbulo considera a la Policía como, un servicio público dirigido a la protección de la comunidad, mediante la defensa del ordenamiento democrático. Esta Ley Orgánica desarrolla el modelo policial de dispensa de servicio, cuyas principales reglas son:
Ser un servicio público.
Tener una especial importancia en las relaciones con la comunidad.
Inculcar en los agentes cualificados valores éticos en evitación de soborno o corrupción.
Potenciar el espíritu de iniciativa del agente.
Me preocupa de sobremanera el hecho de que se pueda pensar que los efectivos policiales no son ciudadanos, porque si lo son. Y ésto es imprescindible entenderlo. Tenemos, ergo, los mismo deberes y derechos que éstos cómo tales, así que si tomamos en cuenta el Artículo 104 y la Ley Orgánica 2186 del 13 de marzo, no llego a comprender, quizás debido a mi corto entender, porqué el conjunto de los manifestantes se pueda observar cómo una masa generadora de disturbios a la que «controlar».
Ahora bien, en un escenario donde existe un derecho a manifestación en la que expresarme con libertad y, teniendo en cuenta que la teórica manifestación existen las debidas garantías y llegando al supuesto en el que los cuerpos y fuerzas de seguridad tuviesen que intervenir para garantizar la seguridad de los ciudadanos en su conjunto y en cada una de las individualidades, ¿quién nos protege a aquellos que no tenemos intención negativa alguna? Que duda cabe, tendremos que apelar nuevamente a la Constitución Española:
Capítulo segundo. Derechos y libertades
Sección 2.ª De los derechos y deberes de los ciudadanos
Artículo 30
Los españoles tienen el derecho y el deber de defender a España.
La ley fijará las obligaciones militares de los españoles y regulará, con las debidas garantías, la objeción de conciencia, así como las demás causas de exención del servicio militar obligatorio, pudiendo imponer, en su caso, una prestación social sustitutoria.
Podrá establecerse un servicio civil para el cumplimiento de fines de interés general.
Mediante ley podrán regularse los deberes de los ciudadanos en los casos de grave riesgo, catástrofe o calamidad pública.
Esto me lleva a entender que, acorde a éste artículo y conforme al apartado 1, entendemos cómo España al país en el que residimos, trabajamos y «aínda mais», así que si tengo éste inalienable derecho y a la vez deber, tengo que tener la potestad, cómo español, de llevarlo a cabo. Y si defender el derecho a trabajar en mi país supone un inconveniente para nuestros políticos, es momento de que dejen de «trabajar» para nosotros.
No me quedan muchas opciones, así que recurriré, en todo caso, a pedir ayuda o «socorro» al Ejército Español. ¿Y porqué? Está claro. La gran mayoría de los ciudadanos carecen de conocimientos sobre defensa, manejo de armas, enfrentamientos cuerpo a cuerpo y otras, que, si tenemos en cuenta los recursos de nuestra policía, estamos completamente desnudos e indefensos ante lo que puedo entender una agresión si se llevase a cabo contra civiles cuyas armas son el pensamiento y la voz. y si tenemos en cuenta el
Artículo 8
Las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional.
Una ley orgánica regulará las bases de la organización militar conforme a los principios de la presente Constitución.
¿A que viene todo ésto? Pura preocupación. Quiero pensar que hay un futuro para nuestros hijos/nietos. Quiero creer que es posible construir una estabilidad desde la ética, el trabajo bien hecho y las libertades para todos, con nuestras correspondientes obligaciones. Y quiero poder salir a la calle un 1º de Mayo sin temor a que algún agente de antidisturbios no comprenda que me estoy quejando de algo que no me gusta, y que estoy en mi derecho. Porque hace años que entendí que no se puede razonar con quién cree tener la razón, aunque sólo cumpla órdenes y luego pueda tener remordimientos, porque antaño, muchos manifestantes eran sus propios consanguíneos.
Este país tiene, a mi corto entendimiento, un problema social enorme. Se llama Gobierno, mal gestionado, peor administrado y con demasiado lastre. Un Gobierno que se ha creído con derecho a ser Estado, al que le sobran políticos y cargos, un Gobierno sin dimisiones, donde cada nueva intervención de los ministros genera una verdadera ola de pánico entre la ciudadanía. Especialmente los de Economía y justicia, quiénes dan la horrible sensación de ser dos rancheros tejanos, fusta en mano dispuestos a acallar las voces de quiénes osan decir lo que piensan. Así que ya sabéis, en las próximas elecciones estarán vuestras decisiones.
¿Hay que salir a quejarse hoy? No.
¿Porqué no? Porque los directores de la orquesta se quedan en su sillón observando cómo caminamos de aquí para allá, cómo una masa aborregada a la que el día anterior les metemos un partido de fútbol para que tengan poco (o nada) en lo que pensar, excepto en la Champions, que ahora tendrá para colmo, un «derby» cómo aliciente, es decir, otra cantinela más para seguir entretenidos. Y cuando quieran espectáculo, se introducen ciertos elementos desestabilizadores, que, aún siendo mínimos, casi inexistentes y fácilmente controlables, se prefiere, se opta por el desenfreno en las actuaciones. Entonces ven cómo se generan disturbios simplemente por miedo, la gran herramienta de control de todos los tiempos. Es un poco a lo Mad Max… y/o a lo Están Vivos
¿Que hacemos entonces? Exactamente lo contrario a ésa nada que se pretende, invocando a nuestros derechos y haciendo uso de ellos, siempre acorde con nuestros deberes y dentro de la ley. El simple hecho de que hiciésemos uso de los organismos del Estado durante una hora al día, demostraría sobradamente porqué. No hoy… todo el año. Pero… estamos tan ocupados con lo urgente, que no vemos lo importante. Si con seis millones de parados y los jubilados saliendo a defendernos… y ojo, que los jubilados del mañana somos todos nosotros, no se hace gran cosa… ¿deberíamos esperar a que se produzca un expolio del fondo de reserva de las pensiones? ¿O deberíamos exigirle al Gobierno que salve al Estado de la bancarrota, cómo ha hecho con bancos y concesionarias de autopistas?
Personalmente, no debo salir a la calle hoy. No tengo agorafobia ni similares, simplemente, no me siento seguro. Y no puedo garantizar la seguridad de quiénes me rodean a menos que quiénes tienen que garantizármela, lo hagan con arreglo a la Constitución Española. Y no es miedo, es instinto, tengo familia por la que velar y si tengo que luchar, lo haré desde el lugar que corresponda, y, espero, sea en una posición política que me permita tener la potestad de la defensa de los derechos ciudadanos.
Alea Jacta Est, aunque creo que se puede cambiar para mejor.
novatovich dice
Muy buen post.
Al respecto añadir que viendo como está la situación en nuestro pais (España) uno se pregunta acerca de la validez y efectividad de nuestra Constitucion que formalmente garantiza una serie de derechos que a la hora de la verdad no parecen tener plasmación en la sociedad.
Hace falta una regeneración partiendo de la ética, y la misma no se podrá conseguir o al menos no podremos soñar en conseguirlo, si no hay una cambio a nivel político respecto de los tradicionales partidos tanto a nivel nacional como autonomico (ppsoe, nacionalista varios,etc).
Angeloso Curioso dice
Hace falta una hiperinflación, hacer un contrato de trabajo temporal a los políticos y si fuese posible, votadme para presidente.