Pirater?, rebeld?y libertad en el 1600
En el siglo XVII, el comercio ib?co con Am?ca, y especialmente en el Caribe, tuvo un gran enemigo que no fue Francia, Inglaterra u Holanda sino la «Cofrad?de los Hermanos de la Costa», compuesta por hombres de muy diverso origen y nacionalidad a quienes se conocer?omo «filibusteros» – del holandes «vrij bouiter», «el que va a capturar botin» -, que en ingl?ser?freebooter» y en franc?»filibustier».
Para Espa?er?bandidos y piratas…
…para las naciones adversarias del poder peninsular son bandidos… o aliados. Nada de eso preocupa a los filibusteros mismos, por esencia libertarios a quienes nada importa como no sea su condicion de hombres libres, en el mar que es la libertad y agrupados en la «Cofrad?..», que ser?n verdadero ensayo de sociedad anarquista. Pero alguna vez hay que bajar a tierra, y debe ser en lugar seguro. Ese lugar ser?a isla de La Tortuga.
Siendo muy inciertos o inexistentes los registros sobre el origen de la hermandad, lo mas probable es que se trate de «bucaneros». En el norte de la isla de La Espa? (hoy Santo Domingo), explorada y ocupada desde los tiempos de Col?ero con poco valor e inter?para los espa?s, se radicaron numerosos aventureros, esclavos blancos y negros, fugitivos, prisioneros huidos, que aprendieron de los indios arawacos a preparar el «bucan», la carne ahumada de jabal?font size=»-1″ face=»Verdana, Geneva, Arial, Helvetica, sans-serif»>-oigase la frase dicha en Piratas del Caribe II doblada al Espa?de Espa?en el que hacen referencia a «una rica carne de cerdo»- y otros animales que cazan en la boscosa regi?Su negocio es comerciar carne ahumada y frutos varios con los barcos en traves? Pero en 1620 los espa?s les atacan para hacerse de ese comercio y desarticular a ese n?o extranjero y no cat?o. La derrota es facil, pero no su captura. Un gran numero cruza el canal que separa a La Espa? de la isla de La Tortuga y se refugian alli, donde la residencia ser?ermanente, volviendo a la isla mayor a cazar, pero no a quedarse. El ataque trajo otra consecuencia: la necesidad de defenderse en conjunto y organizarse. Asi nace la Cofrad?despu?de 1620 y sobrevivir?asta 1700.
¿C?se organizaron? ¿Qu?iscusiones hubo? ¿Por que ese nombre? Nada hay escrito aunque no eran todos analfabetos y hubo hombres ilustrados, incluso nobles, pero que como los otros, al pisar la isla era nada m? y nada menos, que un «hermano». Lo que nos ha llegado son ecos de una tradici?ral de esta fraternidad, que viv?en libertad separada apenas por un brazo de mar de la sociedad que los expuls? de la que se alejaron voluntariamente. Escuchemos esos ecos.
«Sin prejuicios de nacionalidad ni de religi? No se es franc?o ingl? cat?o o protestante, se es un hombre al que se critica o elogia como individuo. El primer registro de una divisi?e ingleses contra franceses, en 1689, se? ya el fin de la Cofrad? Tampoco crearon un idioma com? una nacionalidad nueva, nadie trat? imponer nada al otro.
«No hay propiedad individual». No se refiere al bot?sino a la tierra. Nunca hubo lotes ni en La Tortuga ni en las zonas de caza. Tampoco los barcos eran propiedad individual y el capit?que llegaba a la isla con uno, perd?sus derechos sobre ? Cualquiera que preparase una expedicion podia utilizarlo.
«No hay la menor ingerencia sobre la libertad individual». No hay actividades obligatorias, ni prestaciones forzadas, ni impuestos, ni presupuesto general. No hay c?o penal y las querellas se resuelven de hombre a hombre. Nadie esta obligado a combatir, se participa en las expediciones voluntariamente y voluntariamente se las deja; por esto no hay ni persecuci?i venganza. No hay ning?egistro de persecuci?ontra el «Hermano» que abandone el filibusterismo.
«No se admiten mujeres». Se refiere a las europeas y ninguna pod?desembarcar en la isla. No as?as mujeres negras o ind?nas. Cuando el agente oficial franc?D`Ogeron intenta, en 1667, convertir La Tortuga en colonia de su pais, utiliza no la fuerza sino el quebrantamiento de esa norma. Trae 100 mujeres blancas, que pese a ser «rameras sacadas de la c?el, pelandruscas recogidas en el arroyo, vagas sin verguenza», se ubican facilmente entre los hombres del lugar. Se forman parejas, sin casamiento, en las que la mujer no es la esclava sino la compa?, pudiendo reclamar la ruptura de la uni?n caso de maltrato. Pero no obstante se iniciar?lli el aburguesamiento de los filibusteros, y junto con la ropa zurcida y los ni?apareceran el adulterio, las intrigas y rencillas vecinales.
En toda constitucion hay derechos y deberes. En la Cofradia las leyes que vimos no se?n ning?eber para con la comunidad que no se preocupa de proteger a los d?les. De lo ?o que se protege es de la tiran?y la mejor manera de hacerlo es fortaleciendo la importancia de cada individuo. Son los derechos de cada uno los que garantizan la libertad, y cuanto m?numerosos y m?fuertes los miembros, mejor ser?a garant?de subsistencia y de equilibrio para el conjunto. Para esta fraternidad las necesidades militares son imperiosas y obligan a designar jefes para el combate. Pero se trata solo de un cargo militar, determinado por elecci? revocable en cualquier momento. El «Gobernador», que asi se llamara, deja sus funciones cuando la contingencia b?ca es superada. Recuerdese que faltan mas de 150 a?para la independencia de los Estados Unidos y para la Revoluci?rancesa, pero en La Tortuga ya hay elecciones. Mientras mantenga este consenso, el gobernador – como el capit?de un navio – tiene una autoridad indiscutida. Tambi?hab?un «Consejo de Ancianos», formado por los m?veteranos, quienes velaban por la pureza del esp?tu libertario de la Cofradia, especialmente vigilando las condiciones de ingreso de nuevos miembros a traves de un noviciado sui generis llamado «matelotage», donde el aspirante deb?compenetrarse con el esp?tu y la conducta de la hermandad o ser rechazado.
La consolidaci?el capitalismo y de los poderes imperiales europeos en el Caribe acab?n la extraordinaria experiencia de los Hermanos de la Costa. El filibustero se hizo «corsario» – agente de potencias europeas con patente de corso para asaltar enemigos -. Otros cayeron en un mero bandidaje naval que perdi?do matiz anarquizante. Pero la leyenda nunca olvidar?sa in?ta aventura de libertad que naveg?toda vela por las Antillas.
A . Exquemeling
Sacado de: (CORRE@ # 8, pp. 12-13; febrero 1989)